Sobre el nuevo libro de Carlos Monsiváis

Que se abra esa puerta, nuevo libro de Monsiváis

Que se abra esa puerta, nuevo libro de Monsiváis
El 4 de diciembre será presentado en la FIL de Guadalajara Que se abra esa puerta. Crónicas y ensayos sobre la diversidad sexual, volumen que reúne dos décadas de colaboraciones de Carlos Monsiváis (1938-2010) para la revista Debate Feminista, algunas inéditas, sobre la historia de las minorías sexuales en México. Esta antología de 310 páginas es la primera publicación conjunta de editorial Paidós Mexicana y Debate Feminista. Proceso ofrece en exclusiva el texto La puerta de la dignidad de la antropóloga Marta Lamas, fundadora de Debate Feminista, que aparece en las páginas iniciales del libro, a manera de presentación.
Este libro es resultado de la generosidad de Carlos Monsiváis con la revista Debate Feminista. Pocos intelectuales han respondido como él a los cuestionamientos que plantea el feminismo y, además de la eficacia simbólica de sus agudas reflexiones, su compromiso con nuestras causas ha sido patente y público. Pero, además, muy pocos han regalado su trabajo con la frecuencia con la que él lo hizo con nosotras.
Carlos valoraba inmensamente el pensamiento intelectual y el activismo. Anhelaba verlos de la mano, y le suscitó mucha alegría e interés el surgimiento del proyecto de una revista que aspirara a conjuntarlos a ambos. Él ya había colaborado esporádica, pero sustantivamente, con nuestra antecesora, la revista Fem, fundada en 1976 por Alaíde Foppa y Margarita García Flores, su amiga cercana. Pero cuando en 1989 un grupo de feministas decidimos dotarnos de un medio de reflexión y debate, y construir un puente entre el trabajo académico y el político para movilizar la investigación y la teoría feministas, dentro y fuera de las instituciones académicas, y ayudar a superar la esterilidad de los estudios aislados del debate político, Monsiváis se entusiasmó. Él subrayaba la necesidad que había de analizar los asuntos necesarios para el cambio político y la importancia de trabajar para fundamentar un programa político feminista ilustrado e incluyente.
Debate Feminista fue pensada como un resultado del desarrollo del feminismo, y para establecer un diálogo con el movimiento feminista y los demás sectores del movimiento democrático. Nos propusimos buscar y preparar materiales de teoría y análisis que, por su extensión, elaboración y lenguaje, no suelen tener cabida en otras publicaciones. Sabedoras de nuestras coincidencias políticas, y queriéndonos aprovechar de su mente prodigiosamente lúcida y lúdica, invitamos a Carlos Monsiváis (desde antes de sacar el primer número) a ser parte de nuestro comité editorial. Se negó, arguyendo que un misógino como él no podía estar de bendito entre las mujeres. Sin embargo, desde el número inicial fue el colaborador más asiduo y creativo. Durante los primeros 20 años (40 números) que nos acompañó, orientó y criticó, Carlos publicó 26 artículos en Debate Feminista. Cuando no mandaba su texto proponía una traducción u ofrecía un artículo acertadísimo al tema central. Éramos dichosas, aunque ¡cómo nos hacía sufrir con sus interminables correcciones!
A finales de 2009, justo por la celebración de los 20 años de publicación ininterrumpida de Debate Feminista, hablé con él del proyecto de abrir una línea editorial desde la revista. Aprobó de inmediato. Mi idea era publicar, en primer lugar, una serie de antologías de textos feministas de colaboradores como él. Revisamos sus ensayos y encontramos que había publicado muchos más textos sobre la cuestión gay y la diversidad sexual que sobre mujeres y feminismo. Le propuse entonces empezar con esos textos, para posteriormente hacer otra con colaboraciones feministas, recogiendo lo que había publicado en el suplemento La Cultura en México y en la revista Fem. Aceptó sin protestar, ¡lo cual es mucho decir! Le llevé la selección ya impresa y tanto le gustó la idea, que hasta le puso título en seguida: Que se abra esa puerta. Seguro más de uno pensará que es la puerta del clóset, como sugiere el poema de Pellicer. Pero, según Carlos, era la puerta de la dignidad.
Carlos se resistía a decir públicamente que era gay no porque quisiera ocultarlo, sino porque hacerlo le parecía discriminatorio. Las personas heterosexuales no tienen necesidad de publicitar su orientación sexual. Algunos activistas gay malinterpretaron esta decisión y querían a fuerzas que él hiciera una declaración pública en ese sentido. ¡Qué más elocuencia que sus escritos, su compromiso con la causa, su forma de vida, sus relaciones abiertas! Monsiváis no ocultaba ni exhibía su orientación sexual. Basta leer la biografía de Salvador Novo, o los textos que aquí publicamos, para comprobar dónde se encontraba su interés vital.
Monsiváis iba a escribir el prólogo de esta antología. Hablé con él un día después de su fatídica operación y uno antes de que entrara a terapia intensiva. Estaba contento, pues parecía que había salido bien de la intervención, y me dijo que se pondría a hacerla saliendo del hospital. “Espérame una semana”. Al día siguiente se complicó su cuadro pulmonar, y lo demás ya es historia.
Su decisión de publicar estos artículos también la comentó con Braulio Peralta. Y ha sido el empuje cariñoso de Braulio el que me ha obligado, en estos tiempos tan tristes, a seguir con el proyecto. Braulio ha sido esencial para retomar el proyecto editorial de Debate Feminista y a la generosidad inicial de Carlos hay que sumar la suya actual. Quedaba, entonces, el asunto del prólogo. Alejandro Brito, compañero de batallas y de un largo trecho de su vida, era la persona idónea para retomar lo que Carlos ya no llegó a escribir. Con Alejandro echamos a andar, bajo la certera mirada de Monsiváis, el proyecto del suplemento Letra S.
Alejandro compartió con él muchas de las batallas contra la homofobia y a favor del respeto a la diversidad sexual, y sigue comprometido en esa dirección. Él era la persona idónea para hacer la selección y escribir el prólogo. Nuestro agradecimiento con Alejandro Brito también es absoluto.
En Debate Feminista deseamos que este libro circule ampliamente entre quienes luchan porque en nuestro país la orientación sexual no sea materia de discriminación o agresiones. Los artículos de Monsiváis, llenos de ideas y argumentaciones, enriquecen una perspectiva histórica de las conductas sexuales de los mexicanos. Además de describir y analizar las distintas respuestas sociales ante la diversidad sexual y la magnitud del conservadurismo y la homofobia, sus textos apuntan a un objetivo central en la lucha: diferenciar entre la sexualidad y los contenidos simbólicos que les adjudican personas históricamente situadas.
Carlos esperaba que la lucha de los movimientos sociales introdujera una mirada desculpabilizadora y responsable sobre el acto sexual y que desatara un proceso que él nombró la “democratización de la sexualidad”. Lo central de ese proceso es una interacción distinta entre deseo y ética: para que un intercambio sexual sea ético deben confluir verdaderamente la autodeterminación, la responsabilidad y el consentimiento mutuos. Para Monsiváis estas premisas valorativas de la sexualidad debían sustituir a las clasificaciones tradicionales que se hacen sobre las prácticas sexuales, y que toman como punto de referencia al objeto de deseo (heterosexualidad y homosexualidad) por la clasificación central, que radica en el carácter ético o no ético del intercambio sexual. Por eso para Monsiváis la pregunta sobre la relación que se establece entre el sexo, la identidad y la vida pública y privada debía ser respondida a partir de dicha concepción ética, que incluye la autodeterminación, el consentimiento mutuo y la responsabilidad.
Desde esos valores sexuales, que deben ser defendidos en la agenda política democrática, Monsiváis construyó su perspectiva libertaria desde la cual reivindicó el respeto a la diversidad sexual al mismo tiempo que documentó algunas costumbres sexuales de los mexicanos. Por eso quizás estos artículos, trabajados y retrabajados desde un ánimo militante y una erudición fuera de lo común son herramientas valiosas en la lucha contra el atraso conservador. Frente a quienes invocan una única moral “auténtica” para restringir la sexualidad a sus fines reproductivos, se alza una ética libertaria que defiende la posibilidad de una relación sexual placentera, consensuada y responsable. Por ello quienes conformamos Debate Feminista nos sentimos orgullosas de que el primer libro de nuestra incipiente editorial sea esta reivindicación valiente, divertida y culta de Carlos Monsiváis.
Ahora bien, este libro no habría podido publicarse si los herederos de Monsiváis no hubieran aceptado gentilmente que se hiciera esta edición. A ellos, la familia Sánchez Monsiváis, en especial a su prima Beatriz, les debemos que estos artículos aparezcan en forma de libro. Mi agradecimiento y el de mis compañeras de Debate Feminista para todos y cada uno de ellos. Por último, y no por ello menos importante, el equipo de Debate Feminista ha estado trabajando a marchas forzadas para tener listo este libro en la fecha que Braulio Peralta quería. Gracias a Alina Barojas y Dulce María López Vega; hay que reconocerles la dedicación y el esfuerzo que hicieron para lograrlo.
Crédito: Marta Lamas

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