Para la presentación del libro "Capitalismo Gore" de Sayak Valencia
Le llamo porque ha sido seleccionada para disfrutar de un crédito Santander por 55 mil pesos, gracias a su cuenta super nómina Santander. ¿Puedo preguntar la razón por la que no está interesada? Por algo somos el banco que más créditos hipotecarios otorga en México, BBVA- Bancomer. Luce una linda piel humectada por todo el día. Continúan asesinatos de niñas en Xalapa. Llame ahora y ordene. Obtenga un crédito sin necesidad de comprobante de ingresos. Cambie de auto. Sólo Nokia, conecting people.
De la ingerencia de los bancos en la vida, hasta las prótesis del género que nos visten a diario, el capital se vuelve realidad pura, palpable, compañero de tiempo completo y el vecino incómodo al que todo mundo termina por tolerar. Tijuana es el Garage de California, dice Sayak Valencia, y México el traspatio de los Estados Unidos. No somos siquiera economía espejo, tenemos un sistema económico supeditado a los designios de la ficción globalizadora, travestida de preocupación mundial por el calentamiento global y la asistencia a los países en vías de desarrollo. Las catástrofes naturales tienen un responsable anónimo que calla las preguntas, lo mismo que las caídas de las bolsas, los gasolinazos y el incremento al precio de la tortilla. Y el grito se hace inminente y constante, el ciclo se repite: levantarse temprano para el trabajo porque hay que obtener la quincena completa. Con el segundo hijo en puerta, los útiles escolares del más grande, la nueva mochila de los Pitufos, los zapatos de piel sintética –porque de todas formas los dejan rápido- dificultan llegar a final de mes con los casi 50 pesos diarios.
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Para quienes no estamos familiarizados con el cine y para aquell´s que no somos especialistas en economía, el título del libro que hoy presentamos podría parecernos inquietante. ¿Cómo o por qué, desarrollar una visión crítica sobre elementos económicos y políticos que componen nuestra realidad inmediata, a partir de una estética desarrollada sobre todo en el cine y vinculada –a veces, demasiado- con la ficción cinematográfica?
Entre el espectáculo del reality para elegir la siguiente “idol star” y la especulación de la bolsa de valores, parece haber una brecha invisible. Entre la representación escénica y la práctica de un concepto que en sus planteamientos más básicos ostenta la competencia por alcanzar valores sostenidos en el consumo, se sumerge la misma línea discursiva en la que se observa sólo un objetivo: mantenerse a sí mismo como el único y último sistema de representación viable para mantener EL Orden. Pero, entonces, cómo traducir las muertes y las situaciones deplorables que se erigen como resultado de la estabilidad ofrecida por las ficciones políticas y económicas.
En su libro, Sayak Valencia nos permite observar la “máquina” de representación en la que los actores, participantes de manera legal e ilegal en el sistema económico imperante, regulan sus estrategias a partir de las prácticas cotidianas del mercado. Para ello, Sayak nos “propone la lectura del concepto de biomercado como una categoría epistemológica para decodificar el nuevo capitalismo en sus demandas y prácticas de consumo”. Y para hablar de las prácticas de consumo es necesario recordar, como la misma autora lo indica, el “adentro y el afuera”; ya que las estrategias mercadológicas refuerzan ciertos valores que terminan por interiorizar las necesidades y creencias de consumidores que desarrollan una relación dependiente en la que se infantiliza la voluntad frente a lo que aparece como requerimiento imperante.
Pensar en el valor económico participando en un ritual selvático y semi primitivo, bajo la dirección de Umberto Lenzi u observar los cuerpos reales que se manifiestan y participan en el acto ficcional del pacto económico y político, nos facilita el acercamiento con algunos de los procesos sociales actuales. Migración, desigualdad de oportunidades, discriminación, resentimiento social y rezago educativo son sólo algunos de los componentes inherentes del escenario cotidiano que se sostiene en la idea teorética del avance y el espejismo ofrecido por la noción de progreso.
Érase una vez…. que el cuento de siempre ya no nos alcanzaba para convencer. En el Medioevo, los cuentos de hadas eran la principal herramienta pedagógica, las metáforas solían ser claras para quienes las escuchaban pues estaban relacionadas con su contexto; los mensajes tenían una fuerte carga ideológica y servían para preservar las normas sociales, entre algunos de los aspectos que más se desarrollaron en estos textos se encuentran la moral y la sexualidad. Actualmente, los cuentos de hadas post modernos e hiper consumidos se transmiten a través de medios electrónicos pero a diferencia del Medioevo, en nuestra época, el mensaje es difuso, la mercadotécnica subliminal terminó por confundir a sus propios creadores. Mientras que los medios de comunicación consolidan la confirmación de identidades heteronormadas y facilitan la proliferación de valores y la herencia de prácticas (sobre todo de consumo), al mismo tiempo, el mensaje se tornaba peligroso para los muchos que no pueden acceder a los beneficios de las prácticas de consumo a través de la hiperbolización de las prácticas de mercado permitidas.
Así como las Drag Queen ponen en evidencia los elementos performáticos que componen la representación de la feminidad, así la violencia y las prácticas “ilegales” ponen en relieve los elementos que integran la representación del sistema económico, en el que el principio y fin último de las acciones humanas están relacionadas al consumo y el sujeto sólo adquiere un valor representativo en tanto ente activo de las diferentes formas de participación del consumo.
La vinculación entre “el tráfico de sustancias” y la persecución no es un tema nuevo, aunque sí bastante cotidiano en nuestras sociedades; dice Beatriz Preciado, que durante el proceso de quema de brujas, en paralelo se lleva a cabo una regularización de la práctica de la ciencia médica y se agudiza el control sobre el uso y comercialización de sustancias. Las brujas, además, se caracterizaban por sus conocimientos de herbolaria y la utilización de diversas sustancias, por lo que no es casual la cantidad de juicios y sentencias.
De acuerdo con el texto de Sayak Valencia, estamos frene a medios de control/producción en los que se generan necesidades que el propio sistema está imposibilitado a satisface, por lo que aquellos que quedan fuera pero que han introyectado la misma necesidad, desarrollarán mecanismos que les permitan establecer estrategias que les den contención. Los aparatos mercadológicos se revelan más allá de sus aparentes incongruencias, quizá no es casualidad que en la portada de la revista Quién, aparezca la fotografía en bikini de una chica de 13 años, al tiempo que se realizan campañas y se dedican programas enteros en contra de la pederastia. En todos niveles, se trata de generar deseo sin posibilidad de satisfacción. Una estrategia con sintomatología histérica y una fuerte carga de control sobre los cuerpos.
Los endriagos, sujetos e identidades de las cuales Sayak Valencia nos habla en su libro, serán entonces, quienes también exploren las industrias del cuerpo, quizá por rentables pero en su caso, también por simbólicas. Al igual de las transnacionales deshumanizan a los sujetos que sirven sólo como mano de obra para la ejecución de líneas de producción, así los endriagos deshumanizan los cuerpos que les sirven como carne de cañón frente a los múltiples enfrentamientos.
Acercarnos a una realidad en la que los cuerpos han quedado desprovistos de la capacidad de acceder a las necesidades básicas y las demandas del sistema económico crecen es acercarnos también a una realidad en la que esos mismos cuerpos han reproducido el sistema de conductas que les niega la posibilidad de acceder a los derechos más básicos, en esta repetición, la violencia sistemática se ve representada y performada para hacer evidentes los procesos legalizados e interiorizados socialmente.
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Capitalismo gore nos permite acercarnos a un análisis agudo de las preguntas sobre el sistema económico de siempre. Permite aproximarnos a estas nuevas –y no tan nuevas- formas de colonialismo al que somos sometidos en nuestras vidas diarias, sin derecho de réplica. Leer Capitalismo gore es una forma de ser concientes sobre las políticas de lo corporal que parecen innombrables, si no es que inexistentes; es una forma de decir “basta” y trazar futuras políticas ciudadanas que nos lleven a reconfigurar la manera misma de hacer política y los espacios y actores que la generan.
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