Taller de tango entre mujeres!


Taller de tango entre mujeresSábado, 31 de marzo a la(s) 17:30 en Cafetería interna del Museo Universitario del Chopo





El taller es gratuito, sólo requieres inscribirte por correo electrónico a cirujanas666@gmail.com anotando tu nombre, teléfono y el nombre del taller.

El tango-danza, como todos los fenómenos culturales producidos dentro del sistema patriarcal, reproduce el ordenamiento y los roles de género (que construidos socialmente articulan relaciones de dominación que se montan y justifican en las diferencias biológicas).

Y bueno, en México hay muchos lugares para bailar el tango, y muchos lugares para aprenderlo. Pero pasa que cuando una mujer llega a tomar una clase, inmediatamente se asume que viene a aprender a ser llevada. Y además, que quiere ser llevada por un hombre. “Vos no tenés que pensar” fue lo que me dijeron en mi primera clase. Es el hombre el que piensa, y si la mujer piensa obstaculiza el baile. Si bien es cierto que se trata de bailar y moverse juntxs, y que si a ambxs se nos ocurren pasos distintos en un mismo momento, simplemente no podremos bailar; el problema es que se asume que esos roles (de quien propone y quien dispone) están ligados "naturalmente” al sexo de quienes bailan. No se admite la posibilidad del intercambio ni de la elección.

Una de las cosas que suceden cuando se fija cada rol a determinado sexo es que los que bailan no comparten los mismos conocimiento. Se crea una desigualdad entre ellos, que es en principio una desigualdad de saberes. Mientras que al varón en tanto conductor se le provee de la mayor cantidad de información (de pasos y movimientos); a la mujer como conducida lo único que se le enseña es a dejarse llevar. Para bailar mejor y disfrutar más la danza a las mujeres se nos enseña a oponer menos resistencia y a los varones a tener mayor decisión.

Como resultado, una mujer sin un varón que la guíe no podrá bailar. Y si una mujer quisiera bailar con otra mujer se enfrentará con que ninguna de las dos posee el conocimiento necesario para conducir, y que, por lo tanto, es imposible (por lo menos simbólicamente) que bailen juntas.

Entonces, esa desigualdad de conocimientos se traduce en una desigualdad en relación a la capacidad de decidir, de decidir los pasos al bailar (o sea de conducir) pero también de escoger a la pareja de baile y de escoger el rol al bailar (pues es mucho más fácil para dos hombres decidir bailar juntos e intercambiar roles, ya que ambos pueden conducir)

Por último, otra de las cosas que pasan con el tango (así como con todos los bailes de pareja) tiene que ver con nuestra relación con nuestros propios cuerpos. Pensemos, por ejemplo, en lo que le pasa a nuestros cuerpos cuando, como mujeres acostumbradas/enseñadas a seguir, podemos bailar cualquier paso de salsa si alguien (¿un varón?) nos lo marca; pero no podemos reconstruir ni un movimiento para marcárselo a alguien más.

Me parece que es muy cabrón pensar la forma en que se constituye una memoria corporal a la cual podemos acceder únicamente frente a la marca (cuando alguien nos lo ordena) y que no se presenta ni responde cuando queremos recordar por nosotras mismas.

Por todo este rollote, es que en este taller (que forma parte del FEMSTIVAL 2012) lo que se pretende trabajar son algunos de los movimientos básicos del tango desde una forma de bailarlo que es la del intercambio de roles (pensado y practicado por la movida internacional del Tango Queer).

Es decir que todas vamos a aprender los movimientos, vamos a aprender a llevar y a seguir; y a intercambiar los roles incluso durante una misma pieza.
 

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